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lunes, 20 de diciembre de 2010

sábado, 4 de diciembre de 2010

FILOSOFIA PRESOCRATICA

Filosofía presocrática

Se suele llamar filosofía presocrática al período de la historia de la filosofía griega que se extiende desde el comienzo mismo de ésta, con Tales de Mileto, hasta las últimas manifestaciones del pensamiento griego no influidas por el pensamiento de Sócrates, aun cuando sean cronológicamente posteriores a él. Por lo tanto, se incluye dentro de los llamados "presocráticos" a todos los filósofos del siglo VI a. C. e incluso algunos del V a. C.

La obra de estos pensadores antiguos no nos ha llegado sino fragmentariamente, en citas de autores posteriores, por lo que el estudio de sus doctrinas debe tener presente constantemente la forma de transmisión textual y la valoración de las fuentes.

miércoles, 21 de abril de 2010

ESTRTUCTURA DEL AREA

FILOSOFIA DECIMO GRADO


I. Introducción a la Filosofía
A. Qué es Filosofía.
B. Utilidad de la Filosofía
C. Nacimiento de la filosofía
D. Clases de Conocimiento.
E. Evolución del pensamiento humano.
- Partes de la Filosofía
- Métodos de la Filosofía

• Filosofía Presocrática
- Marco sociocultural de la cultura Griega
- Filosofía Presocrática
- Prehistoria
- Escuela Jónica
- Escuela Eleática
- Escuela Atomista.

• Filosofía Griega
- Escuela Sofista
- Protágoras
- Gorgías
- Sócrates
- Platón
- Aristóteles

• Edad Media
- Contexto histórico.
- El pensamiento Cristiano
- La Patrística
- La Escolástica
- San Agustín
- San Anselmo
- Santo Tomás.
- San Buenaventura

• La lógica
- La lógica
- División de la lógica. • Filosofía Moderna
- Contexto histórico - cultural
- Filosofía Renacentista
- Filosofía Moderna
- Escuelas Filosóficas
- Premodernismo
- El Racionalismo
- El empirismo
- El ocasionalismo
- El idealismo Trascendental

• Filosofía contemporánea
- Contexto histórico
- Introducción a la Filosofía
contemporánea.
- Características de la filosofía en el siglo
XIX.
- Escuelas Filosóficas
- Materialismo dialéctico
- El Positivismo
- El existencialismo
- El vitalismo
- El Historicismo
- La Fenomenología
- El pragmatismo
- El personalismo


• Filosofía Latinoamericana.


OBJETIVOS ESPECIFICOS

Grado Décimo:


1. Conocer la estructura general de la historia de la filosofía e identificar sus principales problemas.

2. Reconocer, explicar y ubicar las principales escuelas filosóficas.

3. Desarrollar habilidades y destrezas de lectura análisis y conceptualización sustentando sus opiniones razonadamente.

4.Elaborar actitudes autónomas, libres, conscientes y responsables.


Grado Undécimo:


1. Reconocer la importancia de la formación moral y axiológica, distinguiendo las principales corriente.

2. Aplicar los conocimientos axiológicos en casos concretos de la vida diaria.

3. Identificar el origen de la religión y sus características.

4. Reconocer que el América Latina debemos reflexionar sobre la filosofía que nos libera de la superstición, del error, incluso de muchas circunstancias sociales y políticas que impiden el ejercicio de nuestra libertad.

OBJETIVO GENERAL

1.Que los estudiantes conozcan la naturaleza y finalidad de la filosofía, se inicien la en reflexión filosófica y adquieran un cierto dominio de los conceptos básicos de la misma.


2.Facilitar el desarrollo intelectivo mediante el ejercicio del filosofar de la capacidad de afrontar con sentido crítico las situaciones y actuar siempre con autenticidad y responsabilidad frente a sí mismo y frente a la sociedad, consciente de que el hombre está llamado a su plena realización más allá de los puros requerimientos biológicos y adaptativos del medio.

JUSTIFICACION

En el programa de estudios académicos de la educación media figura el área de Filosofía, de acuerdo con el Ley 115 de 1994, artículo 23 donde la declara como un área fundamental.

En muchos países y en repetidas ocasiones, se ha discutido sobre la posibilidad de la enseñanza de la filosofía en la escolaridad secundaria y sobre la importancia y la eficacia de ésta área, en dicho período.

Destacada la cuestión de la posibilidad de la inclusión de la filosofía en el currículo secundario de nuestro país, por ser aquí efectivamente programática, cabe preguntarnos por la eficacia de la misma para la formación de nuestros jóvenes estudiantes de bachillerato.

Es una verdad comúnmente admitida, aunque no siempre llevada a la práctica, que la misión y la función de la escuela consisten no solamente en “instruir”, sino fundamentalmente en “educar”. Esto implica, necesariamente, una concepción clara del hecho educativo, de la problemática y de los propósitos d la educación. Dicho en otras palabras, es necesaria una filosofía de la educación.

Dos grandes pedagogos contemporáneos, el Italiano Giovanni Gentile y el Norteamnericano John Dewey, cuyos pensamientos, al tratar las interrelaciones d la educación y la filosofía parecen contraponerse, no hacen, en realidad otra cosa que complementarse.

Pare Gentile “no hay más filosofía de la educación que la filosofía”. Para Dewey “Toda la filosofía es filosofía de la educación”.

En esta aparente contraposición de ideas, en donde, posiblemente, el enunciado nos confunda un poco, al no captar bien si la educación es parte de la filosofía, o si esta es parte de aquella. Podemos, no obstante, vislumbrar una luz que refleja la reciprocidad de dependencia entre los filosófico y lo educativo.

Más, si tratamos de ahondar algo en las ideas encerradas en los términos filosofía y educación quizá podamos encontrar una vía para su integración... tal vez despejemos con ello algunas incógnitas pedagógicas.. o solo logremos emprender una marcha por dicha vía. Pero, esto es ciertamente lo que en el momento nos interesa.

La palabra “filosofía” ha sido tradicionalmente definida por muchos, con base en su etimología griega: “amar y sabiduría”, en una expresión muy sencilla “amor a la sabiduría”.

Posiblemente choque a nuestro entender tal conjunción de aserto tanto más si viene a nuestra mente, en este instante, aquel principio aristotélico que dice: “No se quiere lo que no se concoce” (Nil volitum quin proecognitum).

Pero si nos remontamos a los inicios de nuestra civilización occidental – haciendo un poco de retrospección histórica – tal vez aparecer ante nosotros el padre de los grandes filósofos – considerado también, como el primer educador espiritual de la historia – Sócrates – para repetirnos con su sabia ironía “solo sé que nada sé”. (Unum scio quod nihil scio).

La anterior afirmación encierra toda una filosofía, y se constituye pudiéramos decir, en fundamento y punto de partida del amor a la sabiduría, del impulso de la necesidad y deseo de saber, que aparece ante nuestra inteligencia como un horizonte infinito, como una perspectiva sin límites ante la cual se ha d tomar una actitud modesta humilde; como perennes aprendices del saber.

Aristóteles parece completar el pensamiento Socrático, cuando afirma que todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber, abriendo así el camino al proceso educativo.

Antes de intentar la unión de los conceptos filosofía y educación detengámonos unos instantes en un breve análisis del segundo. La palabra “educación” no ha corrido con mejor suerte para lograr una definición universalmente válida.

Originada en las voces latinas educare (que significa criar alimentar nutrir) y ex – educere (sacar fuera conducir, llevar), la educación considerada como una actividad consiste según muchos pedagogos en un doble juego de acciones en donde lo primero es la nutrición mental (instruir) y luego una acción direccional (educar propiamente).
Platón, discípulo inmediato de Sócrates y maestro de Aristóteles definía la educación: “dar al alma y al cuerpo toda la belleza de que son susceptibles...”. Después de esta definición han proliferado muchas otras, entre las que podemos destacar las siguientes:
• “Es el desarrollo natural y sistemático de todas las facultades” (Pestalozzi).
• “La educación es un conjunto de acciones intencionales mediante las cuales el hombre intenta elevar a sus semejantes a la perfección” (H. Marion).
• “La educación es un perfeccionamiento intencional de las facultades específicamente humanas” (V. García Hoz).

En las definiciones citadas podemos detectar, por una parte, que el único ser verdaderamente educable es el hombre (único ser pensante) y por otras que el camino de su educación es la intencionalidad.

En ninguna de ellas encontramos como meta la perfección, tan solo se habla de perfeccionamiento, es decir una tendencia a la perfección.

Tanto la educación como la filosofía son objetivo de un proceso interminable, en otras palabras son objetivos mensurables por la vida misma de cada individuo. Esto es lo que nos sugieren los siguientes pensamientos:
• “Entonces comienza de verdad a ser viejo el hombre, cuando deja de ser educable” (A Graf).
• “La vida debe ser una constante educación” ( G Flaubert).
• “Filosofar no es sino aprestarse a morir” (Montaigne).

La enseñanza media no puede pretender lograr hombres perfectos y acabados. No puede ofrecer toda la sabiduría, pues, ésta no está delimitada ni se encuentra encasillada en conocimientos definitivos.

Por el contrario, la enseñanza media puede y debe estimular el amor al saber, cuanto antes, en época temprana, haciendo tomar conciencia a los educandos tanto de sus posibilidades como de sus limitaciones aprovechando el potencial de reflexión de juicio, de abstracción, el deseo de abrirse al mundo y a la vida que los caracterizan como personas inteligentes.

El ilustre pedagogo Francés Rene Hubert, al trazar en su obra “Pedagogía General”, un esbozo de una filosofía del espíritu como fundamento de la pedagogía dice entre otras cosas lo siguiente: “ .. la educación debe preparar al ser para la vida según la naturaleza... debe prepararlo para la vida según la sociedad... pero sobre todo, debe prepararlo para que cumpla su destino de hombre, según sus posibilidades y sus exigencias, como persona y como individuo y enseñarle a devenir lo que es, a ser hombre...”.

Y más adelante agrega: “..una doctrina de la educación solo es posible cuando reposa sobre una filosofía del hombre en la existencia”.

Pensamos que la escuela hace bien en iniciar a los alumnos en la actividad filosófica consciente, es decir, en una reflexión filosófica, en “un saber acerca de las cosas” en “una dirección para el mundo y la vida” en “una forma de vida, según expresiones del notable filósofo español Xavier Zubiri, quien afirma que “la filosofía no consiste sino en la constitución activa de su propio objeto, en la puesta en marcha de la reflexión.

Tal iniciación en la filosofía debe ser más teórica – práctica, es decir, “activa” o sea, poniendo en ejercicio las facultades superiores dl hombre: su pensamiento, su reflexión, su juicio, lo que moderadamente se ha plasmado en un verbo “filosofar”.

Gracias al “filosofar”, el hombre va encontrando sentido a lo que es, a lo que hace, a lo que posee. Es decir, va encontrando sentido a su vida. En ponencia presentada por María Graciela Otoya de Cerón, al II congreso Internacional de Filosofía Latinoamericana, organizado por la Universidad Santo Tomás, en Julio de 1982 cuyo tema era la enseñanza de la filosofía en Colombia, la distinguida conferencista decía lo siguiente: “ se entiende la filosofía en dos sentidos principalmente: en su sentido sustantivo (filosofía) en su sentido verbal (filosofar). En el primer sentido, la filosofía es el contenido objetivo de la historia del pensamiento humano concreto... en el segundo sentido es una actividad y una actitud. Filosofar es estar abierto a la verdad y a buscarla”.

Podemos agregar que el filosofar es una acto constante de la mente humana por el cual ésta se impulsa consciente hacia el saber pero no a un saber vulgar, rutinario e intranscendente, - sino a un saber científico, inteligente ponderado y trascendental.

En otras palabras filosofar es madurar el pensamiento, controlar la autorreflexión, profundizar en el auténtico saber. Por encima de informaciones teóricas, por encima de la aglomeración de conceptos puramente académicos, la filosofía en la enseñanza, debe enfocarse y presentarse como la corona de la formación de nuestros jóvenes estudiantes, como la orientadora de su maduración y de su estructuración mental, como la columna vertebral, como el cerebro y el corazón de sus aprendizajes, como instrumento para la integración viva de sus conocimientos adquiridos, como camino de aplicación de lo aprendido, como el proceso de encuentro consigo mismo y con el mundo que lo rodea.

La enseñanza – aprendizaje de la filosofía, a nivel medio, ha de apuntar a conjugar juntos los dos verbos “educar” y “filosofar”, de tal modo que puedan integrase los dos aspectos constitutivos de la labor escolar, a saber: el informativo y se fomente la integración de la personalidad del educando.

De esta manera, la “pedagogía de la segunda enseñanza se ensancha hasta convertirse en pedagogía de la vida misma”.

La omisión de la filosofía, en la enseñanza media, no hace más que preparar bachilleres a medias, no les garantiza una buena continuación en los estudios o en la vida ni suscita candidatos para estudios filosóficos superiores. La enseñanza de la filosofía no puede improvisarse, debe programarse, para que sea realmente útil y fructuosa.

Este aprendizaje de la filosofía difícilmente puede hacerse sólo. Esto se ve ya claramente en el hecho de que la filosofía que podemos conocer es un acto personal maduro y por tanto un pensar actual o actualizado en otro espíritu que ha logrado la madurez. Hay entonces una necesidad primaria de contacto interhumano para poder acceder a la filosofía; sin este contacto no se filosofa. De allí que el maestro sea indispensable y con él la enseñanza. Guiado por el profesor el alumno tiene que superar uno de los obstáculos de la conciencia ingenua, primitiva, prejuiciosa o unilateral de lo real y acceder gradualmente al nivel de un pensar filosófico siquiera elemental. Hay en esto escalas y grados, y el maestro es el llamado a decidir la medida adecuada. Hemos dicho antes que no se puede enseñar filosofía sino a filosofar; pero esto no significa que no sea necesario enseñar la filosofía. Por el contrario es indispensable pues la mediación del maestro, sin la cual no le será posible al joven aprender a filosofar. En esto la enseñanza de la filosofía repite el esquema de la tradición histórica de la filosofía.

Con este planteamiento quiero sustentar la justificación de la enseñanza de la filosofía en los gados décimo y undécimo del Instituto Técnico Distrital Laureano Gómez C.